domingo, 15 de diciembre de 2013

Cuaresma

Cuaresma y Semana Santa 2014





Monseñor Oscar Urbina Ortega Celebró en la Capilla del Barrio Guaduales de la Parroquia San Rafael Arcángel 
“El Domingo de Resurrección”

El Domingo de Resurrección “Día de la Gloria del Señor” con calendario 20 de Abril de 2014 celebró Nuestro Excelentísimo Monseñor Oscar Urbina Ortega Arzobispo de la Arquidiócesis de Villavicencio, en la Capilla del Barrio Guaduales de la Parroquia San Rafael Arcángel, junto a la participación del Pueblo de Dios hizo grandes anuncios a la Comunidad Parroquial.

Monseñor Oscar Urbina Ortega fue nombrado Obispo titular de Forconio y Auxiliar de Bogotá el 28 de enero de 1998 y recibió la consagración episcopal el 13 de abril de 1998. El 9 de noviembre de 1999 fue nombrado Obispo de Cúcuta.


Nuestro Arzobispo nació en Arboledas, en la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, el 13 de abril de 1947. Es licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.


Fue ordenado presbítero hace 41 años, el 30 noviembre de 1973 e incardinado en la Arquidiócesis de Bogotá. Ha sido Vicario parroquial de San Gabriel, Profesor en el Seminario Menor de Bogotá, Coordinador arquidiocesano de la pastoral vocacional, Profesor en el Seminario Mayor de Bogotá, Rector del Seminario Mayor y Vicario Episcopal de la Inmaculada Concepción.

Oremos por Monseñor Oscar Urbina Ortega, por los Presbíteros, Diáconos, Seminaristas, Religiosos y Religiosas de la Arquidiocesis de Villavicencio y del mundo entero.

Junto a Monseñor Oscar Urbina Ortega vivimos la Solemne Celebración del Domingo de Resurrección en la Capilla del Barrio Guaduales de la Parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiocesis de Villavicencio




Vigilia Pascual

Hemos terminado hoy Domingo 20 de Abril de 2014 pasados veinte minutos de la media noche, con gran alegría y esperanza nos unimos en la Fe a celebrar la Vigilia Pascual. Hoy rogamos al Señor por nuestra Resurrección.




Niños acompañan a Jesús y dedican la Semana Santa entendiendo como permanecer al lado del Hijo de Dios, al lado de Nuestro Señor Jesucristo.



Doce Laicos
Han sido llamado doce laicos para representar a los doce Apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo, de manera humilde y con Mucho amor, estros doce valiente hombres han dicho SI al Señor y acompañado de la Santísima Viren María Permanecieron junto al Pbro. Luis Jacinto Ramos durante toda la Semana Santa.














Sermón de la Siete Palabras
Luego del Viacrucis que se llevó a cabo esta mañana en la Jurisdicción Parroquial de la Parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiocesis de Villavicencio y de Solemne Celebración de la Pasión del Señor, estaremos todos congregados para escuchar el Sermón de las 7 palabras, cuyo fin es meditar las palabras que Jesús pronunció en la Cruz.
Una a una se explicaran: 
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”;
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”;
“Mujer, ahí tienes a tu hijo; (Juan) ahí tienes a tu Madre”;
“Padre ¿por qué me has abandonado?”; 
“Tengo sed”; 
“Todo está cumplido”; y 
“En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu”.



Solemne Celebración de la Pasión del Señor, Adoración de la Santa Cruz y Sagrada Comunión
Una de las cuatro comunidades de la Comunidad Parroquial, la Comunidad San Rafael de la Parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiocesis de Villavicencio sirvieron como organizadores para esta gran oportunidad de participación de la Comunidad parroquial.







Junto al Pbro. Luis Jacinto Ramos, Párroco de la Parroquia San Rafael Arcángel animados en la Fe y viviendo le Triduo Pascual permanecen con la Comunidad Parroquial desde las tres de la tarde para celebrar la Pasión del Señor y Adorar la Sagrada Comunión. 

SANTO VIACRUCIS

La comunidad de la Parroquia San Rafael Arcángel recordó hoy con las catorce estaciones del Santo Viacrucis la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, dispuestos a iniciar una verdadera conversión haca Dios todopoderoso, orientando su corazón para a caminar hacia el Hijo y hacia el Padre, guiados por el Espíritu Santo.


Cerca a dos mil quinientas personas hoy acompañaron al Pbro. Luis Jacinto Ramos, Párroco de la Parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiócesis de Villavicencio, quienes partiendo desde el Barrio El Ruby, pasando por los barrios Nuevo Amanecer, Guaduales, Semillas de Paz, Guatape Reservado, Altos de Guatape, Guatape Alto, Villa Oriente, La Rochela, Villa Marina, La Florida y Villa del Río recordaron cada momento de Nuestro Señor Jesucristo en el Santo Viacrucis.








Muy felices nos preparamos con un Corazón abierto (Ap. 3, 20) a continuar viviendo la Semana Santa. La Santísima Virgen María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de la humanidad nos acompaña en cada momento de nuestras vidas y allí también estuvo acompañándonos y sea ella con su eterno amor la que ruegue por la Salvación de nuestras almas.

Jueves Santo





Oración, Ayuno y Limosna

n, Ayuno y Limosna Semana Santa para niños
Semana Santa




Jesús Perdona A La Mujer Adultera


Los Siete Pecados Capitales LA SOBERBIA


Los Siete Pecados Capitales LA ENVIDIA
Cuaresma





Esta Semana Santa les invitamos a vivir cada momento de Nuestro Señor Jesucristo, acompáñanos y conoce mas de tu Fe, más de tú Iglesia, es momento para Volver a Dios, renovarnos y acercarnos a Jesús para continuar de la mano de Dios. 


Doce Apóstoles
No.
Apóstol designado
1
Julián ORJUELA
2
OSCAR ORJUELA
3
JUAN BUITRAGO
4
JHON LEMUS
5
MARCOS JARA
6
LIXANDER HERRERA
7
MALQUIN PIRIACHE
8
LEOPOLDO ABRIL
9
OMAR PARRADO
10
OLMEDO ROJAS CASTELLANO
11
SIGIFREDO DE Jesús ARIAS
12
ROBINSON MARIN

SIETE PALABRAS
Palabra
Discípulo designado
Primera
Germán ORJUELA
Segunda
DIANA GUARNIZO
Tercera
María DEL PILAR BERMUDEZ
Cuarta
YE NITH ROMERO
Quinta
ALEXIS GUEVARA
Sexta
YANNETH BARBOSA
Séptima
OMAR PARRADO





El Matrimonio


Publicado el 2/04/2014
"La oración mantiene unida a la pareja aunque haya problemas", dijo. El Papa Francisco centró su última catequesis sobre los sacramentos en el matrimonio. El Papa explicó que el hombre y la mujer son imagen de Dios y que por eso están llamados a dejar a sus padres y formar "una sola carne en el amor". Su unión, concluyó, "refleja el misterio del amor de Dios por el hombre", y de Cristo por su Iglesia.
Tres Tipos de Creyentes



Los Siete Pecados Capitales LA IRA

En este tiempo de preparación y Cuaresma, estamos todos llamados a la Santidad, que este Vídeo sea para REGRESAR y VOLVER A DIOS renunciando a todo aquello que no es de Dios y que cada uno de nosotros como Hijos de Dios y de la Santísima Virgen María estamos llamados a abandonar para vivir y caminar de la mano de Dios.


Felicitaciones a los hermanos de la Parroquia San Rafael Arcángel que unidos en la Fe, Esperanza y el Amor de Nuestro Señor Jesucristo vivirán la experiencia de ser Hijos de Dios en el retiro de Kerygma:

RETIRO KERYGMA
FECHA: Domingo 23 y lunes 24 de marzo de 2014
HORA DE INICIO: 07:30 am.
LUGAR: Colegio Don Bosco
Al terminar el Retiro serán la Nueva Koinonia de la Parroquia San Rafael Arcangel e iniciaran su camino como Discípulos para Permanecer y Perseverar en Cristo Jesús

RETIRO KOINONIA
Felicitaciones a los hermanos de la Parroquia San Rafael Arcángel que unidos en la Fe, Esperanza y el Amor de Nuestro Señor Jesucristo vivirán la experiencia de ser Hijos de Dios en el retiro de Kerygma:

RETIRO KOINONIA
FECHA: Domingo 23 marzo de 2014
HORA DE INICIO: 07:30 am.
LUGAR: Colegio Miguel Angel Martín
Al terminar el Retiro serán la Cuarta Comunidad de la Parroquia San Rafael Arcángel e iniciaran su camino como parte integral de comunidad de comunidades hacia un Apostolado (cf. 1 Co. 9, 16).
Las Comunidades Juan Pablo II, la Comunidad San Francisco, La comunidad San Rafael les dan la bienvenida a esta vida de comunidad en la Iglesia y desde ya les manifiesta su amor en Cristo y la Santísima Virgen María.


CASARSE SEGÚN LA BIBLIA

CURSOS DE PREPARACIÓN PARA EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO 2014
CONTACTO: 3102994306  Oficina Pastoral familiar en la Curia Episcopal, Cra19 14-79 Barzal junto al Templete.
Línea de la VIDA Y LA FAMILIA 3102994306 – ayuda y consejería matrimonial, retiros de niños, jóvenes, parejas, duelo, madurez y conversión. Si sabes de una mujer en embarazo que necesite nuestro apoyo:
LLAMANOS Y TE AYUDAREMOS.
Pbro. Walter Morales, delegado. 6561912 - 3112970208. biwamoa@hotmail.com

Te invitamos a visitarnos en el facebook de la parroquia:
https://www.facebook.com/pages/Parroquia-San-Rafael-Arcangel/351853361625347?ref=hl



Linda canción a la Virgen en las voces del Coro Infantil San Rafael de la parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiocesis de Villavicencio. La Parroquia San Rafael Arcangel esta localizada en el barrio La Rochela en Villavicencio, Meta - Colombia.




FECHA DE PUBLICACIÓN 31 DICIEMBRE DE 2013
                                                  EL AMOR DEL PADRE
Dios, refugio y fortaleza de los que esperan en él, y nos da la Salvación por Jesús que cuida de nosotros, Jesús nos quiere con Él, animado en la Fe y en el camino de la Esperanza oremos en todo momento para que el 2014 sea un tiempo de vivir en familia como verdaderos Cristianos.


Padre, en tus manos pongo mi espíritu (cf.Lc. 23, 46)
Jesús siempre será en nuestra vida en mejor de los amigos
“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (cf. Juan 15, 13)

Jesús comprende nuestra soledad. El mismo la ha vivido, pues cuando más triste se encontraba, fue abandonado por todos sus discípulos; y sin embargo, nos ha dejado un remedio poderoso: 
“Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el Espíritu está pronto, pero la carne es débil”. (cf. Mt. 26,41).


¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.

Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mí perpetuamente.” (cf. Isaías 49, 15-16)

Al que venga a mi no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día.” (cf. Juan 6, 37-39)


Jesús dijo: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.” (cf. Juan 14, 23)

Como cristianos, ¡Pertenecemos a una comunidad!
“Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él”.” (cf. 1ª. Corintios 12, 26)

A toda la Iglesia y a la Comunidad de la Parroquia San Rafael Arcángel de la Arquidiócesis de Villavicencio, Un Feliz Año en Cristo Jesús y que en el 2014 la Santísima Virgen María nos acompañe día a día hasta el gran encuentro con el Señor.

FECHA DE PUBLICACIÓN 31 DE DICIEMBRE DE 2013
El año 2014 es un año lleno de Esperanza, permitamosle al Espíritu Santo que hoy vivamos con alegría la Palabra de Dios, para que llenos de gozo compartamos en familia y en nuestra sociedad el amor de Nuestro Señor Jesucristo.  

La Santísima Virgen María nos acompañe hasta llegar al encuentro con Jesús y Dios Padre Todopoderoso.

La siguiente película es oportuna para que en el año 2014 practiquemos la caridad y como Hijos de Dios practiquemos las Virtudes:



La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien. 
Hay dos clases de virtudes: las virtudes teologales y las virtudes humanas o morales.

Las Virtudes Teologales

1. FE ...La fe es la virtud teologal por la cual creemos en Dios, en todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos enseña como objeto de fe.
2. ESPERANZA...La esperanza es la virtud teologal por la cual deseamos y esperamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna y las gracias para merecerla, porque Dios nos lo ha prometido.
3. CARIDAD...La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios, con el amor filial y fraterno que Cristo nos ha mandado. 

Las Virtudes Cardinales
Virtud es una propensión, facilidad y prontitud para conocer y obrar el bien. Se llaman cardinales las que son el principio y el fundamento de las demás virtudes.

Las cuatro virtudes cardinales son:
1. PRUDENCIA. Nos hace conocer y practicar los medios mas conducentes para obrar el bien.
2. JUSTICIA. Hace que demos a cada uno lo suyo y lo que le corresponde.
3. FORTALEZA. Nos da valor para amar y servir a Dios con fidelidad.
4. TEMPLANZA. Hace que frenemos las pasiones bajas . Hace que frenemos las pasiones bajas 


EL PESEBRE DE LA PARROQUIA
SAN RAFAEL ARCÁNGEL






SEGUNDO PUESTO CON UN PESEBRE CONSTRUIDO EN MATERIALES RECICLABLE: Muy contentos celebraron el premio los vecinos de una cuadra del Barrio Villa Oriente en la ciudad de Villavicencio Meta, los que el día 23 de diciembre recibieron la noticia y el premio de haber ocupado el segundo puesto en el concurso del mejor Pesebre, organizado por la emisora Olimpica Stereo 105.3. Que el amor de Nuestro Señor Jesucristo y el rostro materna de Dios, la Santisima Virgen María los aime en el amor y la Esperanza del año 2014.


Algunos Utilizan la biblia, la Palabra de Dios para hablar mal de la Santísima Vírgen María. Volvamos a Dios, conozcamos nuestra Iglesia. La Iglesia, dice el Señor, "sobre tí edificare mi Iglesia", por ello en ésta novena de Navidad, "VUELVE A DIOS".

EL NACIMIENTO DE JESUS



Reflexiones para la Santa Misa del Dies Domini
DOMINGO IV DE ADVIENTO
“La Virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel”

I. LA PALABRA DE DIOS
II. APUNTES
III. LUCES PARA LA VIDA CRISTIANA
IV. PADRES DE LA IGLESIA
V. CATECISMO DE LA IGLESIA
VI. PALABRAS DE LUIS FERNANDO
I. LA PALABRA DE DIOS
Is 7, 10-14: “Miren: la virgen está encinta y dará a luz un hijo”
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz:
— «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
— «No la pediré: no quiero tentar al Señor».
Isaías dijo:
— «Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Sal 23, 1-6: “Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la Gloria”
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
   el orbe y todos sus habitantes:
   Él la fundó sobre los mares,
   Él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
   ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
   El hombre de manos inocentes
   y puro corazón,
   que no confía en los ídolos.
Ése recibirá la bendición del Señor,
   le hará justicia el Dios de salvación.
   Éste es el grupo que busca al Señor,
   que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Rom 1, 1-7: “Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios”
Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol y escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las santas Escrituras, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de entre los muertos: Jesucristo, Señor nuestro.
Por Él hemos recibido la gracia de ser apóstoles, a fin de que todos los pueblos paganos respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos están también ustedes, llamados por Cristo Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Mt 1, 18-24: “Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David”
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
Estando María, su madre, desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto. Pero, apenas había tomado esta decisión, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
— «José, hijo de David, no temas aceptar a María por esposa, pues la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a María como esposa.
II. APUNTES
El Evangelio dirige la mirada a Aquella de cuyo seno nacerá el Reconciliador y Salvador del mundo: Santa María, la madre del Señor.
En esta Mujer se cumple aquella promesa que Dios había hecho a los primeros padres, en la escena misma de la caída original: «Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar» (Gén 3, 15). Este anuncio es conocido como el “protoevangelio”, es decir, delprimer anuncio de la buena nueva del triunfo de Dios sobre el demonio, sobre el poder del mal y de la muerte. Dios enviará un reconciliador, que nacerá de una misteriosa mujer.
«Al llegar la plenitud de los tiempos —dirá San Pablo—, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Gál 4, 4-5). Aquel que habría de pisar la cabeza de la antigua serpiente es el Hijo mismo de Dios, y María es aquella mujer pensada desde antiguo y elegida por Dios para ser la madre de su Hijo. El Hijo de María, Jesucristo, tiene la misión de rescatar, de salvar y de elevar a la filiación divina a todo ser humano.
Faltando ya pocos días para celebrar el nacimiento de Jesucristo, la Iglesia fija su mirada en Aquella que está pronta a dar a luz, Aquella que como una bella aurora anuncia el ya cercano nacimiento del Sol de Justicia.
¿Pero cómo se hizo hombre el Verbo divino? ¿Cómo llegó a ser “linaje de mujer” Aquel que desde toda la eternidad era ya Hijo de Dios? San Mateo en su evangelio afirma que el Verbo divino se encarnó no por obra o intervención de varón, es decir, por contacto sexual alguno, sino «por obra del Espíritu Santo». San Lucas, que probablemente escuchó el relato de la milagrosa concepción de labios de la misma Virgen, describe detalladamente cómo sucedió esto (ver Lc 1, 26-38). De la dificultad que María ofrece al ángel ante el anuncio de que ella concebirá y dará a luz a un Hijo a quien habrá de poner por nombre Jesús, «¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?» (Lc 1, 34), se deduce que María tenía el propósito de guardar su virginidad aún estando casada con José. No se entiende cómo pudiese plantear tal dificultad quien pronto pasaría a vivir con él (ver Mt 1, 18). El término griego que se traduce como “no conozco varón”, abarca también el pasado y el futuro, de modo que debe entenderse así: “no he conocido, no conozco actualmente ni tampoco tengo intención de conocer a varón”, significando este “conocer a varón” el mantener relaciones conyugales.
Los primeros cristianos, que se encontraron ante el hecho milagroso de la concepción virginal del Señor Jesús, descubrieron que estaba ya anunciado desde antiguo en las Escrituras (1ª. lectura). El evento les permitió comprender que el signo ofrecido por Dios a Acaz, a través de su profeta Isaías, constituía una profecía que se realizó en María: «Miren: la virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». La versión de la Escritura usada por el evangelista Mateo, usada también por el Señor Jesús y los demás apóstoles, es la traducción griega llamada de los Setenta. Allí se utiliza explícitamente el término “virgen” (ver Mt 1, 23). El hecho extraordinario de que una mujer conciba permaneciendo virgen es justamente el signo que confirma que Jesucristo es el Emmanuel.
El título Emmanuel coincide con el nombre que llevará el Hijo de María, nombre que expresa su ser y manifiesta su misiónJesús significa “Dios salva” (ver Catecismo de la Iglesia Católica, 430). El Emmanuel,Dios-con-nosotros, es Dios que viene en persona a salvar a su pueblo de sus pecados (ver Mt 1, 21).
¿Y cuál es el papel reservado a José en los designios divinos de reconciliación? Aquel signo divino por Isaías a Acaz quería asegurarle al rey de Israel que la descendencia de David no sería exterminada, como era su temor. Más aún, Dios le promete a Acaz, y con ello a todo Israel, que de la descendencia de David nacería un gran Rey, el caudillo de Israel, el Mesías. El Cristo sería «hijo de David» (Mt 1, 1). José, siendo de la descendencia de David (Mt 1, 20), debía asegurar la descendencia davídica a este Niño mediante una paternidad legal.
Ante la noticia que le da María a José de que estaba encinta, dice la traducción literal del texto griego: él «resolvió repudiarla en secreto». Repudiarla es una expresión idiomática que significa no seguir adelante con el desposorio. A diferencia de lo que se interpreta comúnmente, que José decidió repudiar a María en secreto por dudar de su integridad, sostiene Ignace de la Potterie que José le creyó a María, y creyó que el Niño que había concebido venía de Dios. Su confusión obedecería más bien a un temor reverencial: dado que el hijo de María era el Hijo de Dios, pensaba que lo propio era hacerse a un lado, separarse de María, para no apropiarse de una descendencia sagrada que no era suya, sino de Dios. De allí que el ángel le dijese en sueños: «no temas tomar contigo a María, tu mujer, aunque [que es la traducción precisa del original griego] lo engendrado en ella es del Espíritu Santo». Entonces José perma nece al lado de María, porque Dios mismo le pide asumir la paternidad del Niño, dándole así la descendencia davídica.
III. LUCES PARA LA VIDA CRISTIANA
«Llamada a ser la Madre de Dios, María vivió plenamente su maternidad desde el día de la concepción virginal, culminándola en el Calvario a los pies de la Cruz» (S.S. Juan Pablo II, Incarnationis Mysterium, 14).
María culmina su maternidad en el Calvario a los pies de la Cruz. No quiere esto decir que allí su maternidad toca a su fin, sino que al pie de la Cruz su amor es abierto a una nueva maternidad: «cuando Jesús dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, abrió de un modo nuevo el corazón de su Madre, el Corazón Inmaculado, y le reveló la nueva dimensión y el nuevo alcance del amor al que era llamada en el Espíritu Santo, en virtud del sacrificio de la Cruz. (...) El corazón de María ha sido abierto por el mismo amor al hombre y al mundo, con el que Cristo amó al hombre y al mundo, ofreciéndose a Sí mismo por ellos en la Cruz» (S.S. Juan Pablo II).
Relacionando la Anunciación-Encarnación con el Calvario, el Beato Guillermo Chaminade dice: «Ella se convierte en Madre de los cristianos en el sentido de que los engendra al pie de la Cruz, aunque ya era su Madre por la Maternidad Divina... Oh, cuánta fortuna para nosotros que el golpe que hiere su alma con la espada del dolor dé nacimiento a la familia de los elegidos». Es así que María no sólo dio a luz a Jesús: el Calvario fue para Ella el tiempo de darnos a luz a cada uno de nosotros. Dentro de los amorosos designios divinos su vocación a la maternidad divina es al mismo tiempo una vocación a la maternidad espiritual: en Cristo, somos también nosotros hijos de María. María es la Madre del Cristo Total: de la Cabeza, el Señor Jesús, y del Cuerpo, su descendencia, “la descendencia de mujer”.
En obediencia a este Plan divino, los cristianos «sentimos la necesidad de poner de relieve la presencia singular de la Madre de Cristo en la historia» (S.S. Juan Pablo II), así como también en nuestras propias vidas. Ella, la mujer elegida por Dios para tomar un lugar preciso dentro de su Plan de reconciliación, cooperando desde su libertad plenamente poseída, llegó a ser la Madre de Cristo y devino en Madre de todos los que somos de Cristo. Su función maternal dentro de los designios divinos sigue vigente hoy y es eminentemente dinámica. Por tanto, amar a María no es una opción, sino una necesidad para todo buen cristiano. Amar a María con el mismo amor de Jesús es un deber filial y una tarea para cada uno de nosotros, es obedecer a Dios y adherirnos con fe a su divino Plan.
¿Me esfuerzo en amar a María como Jesús mismo la amó? ¿Acudo a Ella como madre mía que es? ¿Le rezo? ¿Imploro su intercesión? ¿Me esfuerzo en conocerla cada día un poco más, para dejarme educar por ella, para aprender de su amor a Dios, de su fidelidad a prueba de todo, de su humildad, de su pureza, de su reverencia para con las necesidades de los demás, de su generosidad para darse, etc.?
IV. PADRES DE LA IGLESIA
San Juan Crisóstomo: «Le explica luego lo admirable de este nacimiento, porque Dios es quien envía desde el cielo, por ministerio de un ángel, el nombre que había de ponerse al Niño. Y éste no es un nombre cualquiera, sino un nombre tesoro de bienes infinitos. Y así lo interpreta el ángel y funda en él las mejores esperanzas, induciéndole con esto a la fe de lo que le decía, pues para creer otras cosas solemos ser más dóciles».
San Jerónimo: «Jesús en hebreo significa Salvador. Luego da a entender la etimología del nombre, cuando dice: “Porque Él salvará a su pueblo de los pecados de ellos”».
San Jerónimo: «A las palabras aducidas del profeta, preceden estas otras: “El mismo Señor os dará una señal”. Esta señal debe ser cosa nueva y admirable. Ahora bien, si —como pretenden los judíos—, quien ha de parir es una muchacha, una jovencita, no una virgen, ¿qué señal puede llamarse tal suceso, cuando el nombre de jovencita o muchacha no indica más que la edad y no integridad? Cierto que la palabra virgen se expresa en hebreo por la de bethula, y que no está consignada en la profecía, sino que se pone la de almah, que las versiones —con excepción de los Setenta— han vertido por la de “jovencita”. Pero la voz almah entre los hebreos tiene dos significaciones “jovencita” y “ocultada”, luego la voz almah no sólo expresa una muchacha o virgen cualquiera, sino una virgen escondida y retirada, jamás expuesta a las miradas de los hombres, antes bien, guardada por sus padres con el mayor cuidado. Adem� �s, la lengua fenicia, derivada del hebreo, da con propiedad a la voz almah el significado de virgen, y nuestro idioma el de santa. A pesar de que los hebreos emplean en su lengua vocablos de casi todas las otras no recuerdo, por más que torturo mi memoria, haber leído jamás la palabra almah para expresar una mujer casada, sino siempre la que es virgen. Y no simplemente virgen, sino en los años de la adolescencia, porque también una vieja puede ser virgen; una virgen en los años de la pubertad, no una muchacha incapaz todavía de conocer varón».
San León Magno: «Fue, sin duda, concebido del Espíritu Santo, dentro del útero de su Madre Virgen, que lo dio a luz, salvando su virginidad, igual como concibió sin detrimento de ésta».
San Juan Crisóstomo: «En realidad aquí se pone nombre a un hecho. Acostumbra la Escritura poner por nombre los hechos mismos que se verifican. Así, al decir: “Llamarán su nombre Emmanuel”, es como si dijera: “Verán a Dios entre los hombres”. Por eso no dice “lo llamarás”, sino “lo llamarán”, es decir, así lo llamarán las gentes y así lo confirmarán los hechos».
V. CATECISMO DE LA IGLESIA
437: El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús como el del Mesías prometido a Israel: «Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor» (Lc 2, 11). Desde el principio él es «a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo» (Jn 10, 36), concebido como «santo» (Lc 1, 35) en el seno virginal de María. José fue llamado por Dios para «tomar consigo a María su esposa» encinta «del que fue engendrado en ella por el Espíritu Santo» (Mt 1, 20) para que Jesús «llamado Cristo» nazca de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David (Mt 1, 16).
La predestinación de María
488: «Dios envió a su Hijo» (Gal 4, 4), pero para «formarle un cuerpo» quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo, a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a «una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María» (Lc l, 26-27):
El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida.
«Hágase en mí según tu palabra...»
494: Al anuncio de que ella dará a luz al «Hijo del Altísimo» sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo. María respondió por «la obediencia de la fe» (Rom 1, 5), segura de que «nada hay imposible para Dios»: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 37-38). Así dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención:
Ella, en efecto, como dice S. Ireneo, «por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano». Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar: «el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe». Comparándola con Eva, llaman a María “Madre de los vivientes” y afirman con mayor frecuencia: «la muerte vino por Eva, la vida por María» (LG 56).
La virginidad de María
496: Desde las primeras formulaciones de la fe, la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido «absque semine ex Spiritu Sancto», esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:
Así, S. Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne, Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios, nacido verdaderamente de una virgen... Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato... padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente».
497: Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas: «Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo», dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Is 7, 14 según la traducción griega de Mt 1, 23).
498: A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de S. Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: la fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos; no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese «nexo que reúne entre sí los misterios», dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. S. Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: «El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en e l silencio de Dios».
María, la «siempre Virgen»
499: La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo «lejos de disminuir consagró la integridad virginal» de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la «Aeiparthenos», la «siempre-virgen».
VI. PALABRAS DE LUIS FERNANDO (transcritas de textos publicados)
Miremos con el corazón abierto este 25 de diciembre que al tiempo que nos permite rememorar con gratitud el don de la Encarnación, nos abre también a profundizar en la experiencia de la reconciliación, ofreciéndonos un tiempo de reflexión, de examen de conciencia, de formulación de buenos propósitos para los meses y días advenientes.
Las antiguas profecías están por cumplirse. Más aún habría que decir que la realidad histórica reclamará a la profética. Así, lo que se lee en Isaías 7, 14 «Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel», será transformado en la lectura griega de los Setenta, que tomará San Mateo como explicación del misterio acontecido, por: «Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel». Más allá de la tradición judía que lleva a traducir ‘almáh porparthénos, esto es mujer joven o doncella por virgen, “la virgen” como que singulariza el evento maravilloso que una virgen dará a luz sin concurso de varón.
De allí la palabra de Santa María que recoge San Lucas: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» (v. 34). Interesa destacar, una vez más, cómo es que María, siendo Virgen, interroga en anhelo de mayor entendimiento. No parece que duda. Pide mayores luces. A través de esa pregunta como que se corre un poco el velo del secreto propósito de virginidad de María. De la misma forma en que la palabra ‘almah y la palabraparthénos pueden señalar a una joven aún virgen, no casada, sin que signifique que seguirá siéndolo, la pregunta de María revela con extraordinario pudor y fineza esa secreta consagración de su corazón a Dios con el propósito de permanecer virgen. Es esto lo que San Mateo expresa en el Evangelio, revelando lo acontecido, la referencia de la joven virgen de la señal que se le ofrece a Acaz al misterio de “la Virgen” que da a luz. De un sentido genérico de “joven no casada” se pasa al literal de “virgen”, y aun al más literalmente específico de “la Virgen”. ¿No es eso lo que se lee? Así, el acontecimiento muestra el sentido pleno de la profecía, probablemente incomprendida hasta la Anunciación y su realización en el magno milagro de la Concepción por obra del Espíritu Santo y el Nacimiento en Belén.
Por obra del Espíritu Santo la Virgen concibe y da a luz y permanece siempre virgen. Nace un varón, de Aquella que no conoció varón. Y es llamado con toda justicia Hijo del Altísimo. Es el Emmanuel, Dios con nosotros.
«Nosotros creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del rey Herodes el Grande y del emperador César Augusto… es el Hijo eterno de Dios hecho hombre», dice la fe de la Iglesia y cada uno de nosotros con ella.
La mente y el corazón viajan a Nazaret de Galilea, a aquel momento sublime en el que Dios irrumpe en la historia humana, en donde el Verbo Eterno se hace Hijo de Mujer para redimir y reconciliar a los seres humanos, para revelar a todo hombre y mujer, de todo lugar, con todas las características culturales, hasta el fin de los tiempos, la propia identidad y para abrir los caminos de amistad para el encuentro con el Padre en el Espíritu, y participar, alcanzando la realización plena, en la Comunión de Amor.
Nazaret es el lugar geográfico del inicio de la máxima bendición del ser humano después de haber sido creado: su reconciliación. Al principio de los tiempos, de la nada surgió la vida por sobreabundancia amorosa de Dios. A su Palabra la nada que nada podía se torna fructífera por la aparición de la vida. En la madurez de los tiempos ocurre otro magno misterio, Dios se hace hombre para reconciliar al hombre con Dios. «Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios mandó a su hijo, nacido de mujer» (Gál 4, 4). El Papa Juan Pablo II dice admirado, en una ocasión en tierras americanas, y nosotros lo repetimos con hondo sobrecogimiento: «Dios ha entrado en la historia del hombre. Dios, que es en sí mismo el misterio insondable de la vida; Dios, que es Padre y se refleja a sí mismo desde la eternidad en el Hijo, consustancial a Él y por el que fueron hechas todas las cosas; Dios, que es unidad del Padre y del Hijo en el flujo de amor eterno que es el Espíri tu Santo».

Cuarto Día
Vuelve a Dios, con nuestras manos podemos acariciar, consolar sanar, compartir, trabajar, amar.
COMPROMISO: MI COMPROMISO ES PREGUNTARME: 
¿Cómo acojo lo que el Señor me dice  a traves de su Palabra; oro, creo, confío en Dios? Coloco las manos en el pesebre así pongo mis manos y las de mi familia en las manos de Dios.   
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”  Jeremías 33:3


“Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré“  Juan 14:14

“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre…”  Mateo 7:7-8 

“He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo“  Mateo 28:20

                      "Volvamos a Dios" 



Tercer Día

 Ojos Abiertos

La mirada de Jesús debía ser impresionante. En el evangelio encontramos algunos destellos de estos maravillosos ojos de Jesús.

Es, por ejemplo, el caso del joven rico. Le debemos a Marcos esta pincelada: «Entonces Jesús le miró con cariño». Captaron sus ojos la fuerza de su amor. Parece imposible que aquel joven se le escapara a Jesús. Lo más probable es que el joven habría cerrado antes sus ojos.
Otra vez su mirada está cargada de tristeza y de rabia: «Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones» (Mc 3, 5).
A Zaqueo lo mira con simpatía y encanto seductor: «Cuando Jesús llegó a aquel lugar mirando hacia arriba, le vio y le dijo: "Baja enseguida, Zaqueo, porque hoy quiero hospedarme en tu casa"» (Lc 19, 5).

En el caso de la viuda generosa, su mirada está llena de penetración y admiración: «Levantando los ojos, miraba a los ricos que echaban sus ofrendas... Vio también a una viuda muy pobre que echaba dos blancas...» (Lc 21, 1-2).

¿Y cómo miraría Jesús, con qué compasiva ternura, a la prostituta arrepentida: «¿Ves a esta mujer» (Lc 7, 44); a la mujer adúltera: «Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer» (Jn 8,10); al paralítico de Cafarnaúm y a sus ayudantes: «Al ver Jesús la fe de ellos» (Mc 2, S); a la humilde hemorroísa: «Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: "Ten ánimo, hija"» (Mt 9, 22); a la pobre mujer encorvada: «Cuando Jesús la vio, la llamó y dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad" (Lc 13, 12); a las muchedumbres hambrientas de pan: «Y vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos» (Mc 6, 34), o hambrientas de su palabra: «Y alzando los ojos... decía: "Bienaventurados..." (Lc 6, 20); a las piadosas mujeres que le seguían camino del Calvario: «Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: "Hijas de Jerusalén...» (Lc 23, 28); mirada de compasión y pena la que dirigió a la ciudad de Jerusalén: «Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella» (Lc 19, 41).

Destaquemos, en fin, dos últimas miradas. La mirada más generosa y entregada que conocemos: «Cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: "Madre, he ahí a tu hijo". Después dijo al discípulo: "He ahí a tu madre". (Jn 19, 26-27). ¡Cuánto salimos ganando después de esta mirada! Y la mirada profunda y transformadora que dirigió a su discípulo Pedro después de sus caídas y que le arrancó las lágrimas más hermosas de su vida: "Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro, y recordó Pedro... Y, saliendo fuera, lloró amargamente" (Lc 2 61-62). Nos quedamos con esta mirada que regaló Jesús a Pedro. Que él nos mire así a nosotros, para que nos haga ver mejor nuestros pecados, para que seamos capaces de llorarlos y, sobre todo, para que aprendamos a amar a Jesús de la misma manera que le amaba Pedro.
-Pedimos, Jesús, tu mirada Para quedar perdonados. Tu mirada es compasiva y purificadora. Penetra hasta dentro, sanándolo todo con la medicina de tu amor. ¡Qué bien nos conoces y nos comprendes! Tu mirada se posa misericordiosamente sobre nosotros y los pecados ya ni se recuerdan, o se recuerdan para confesar tu nombre. Es una mirada que nos dice: Yo te amo, a pesar de todo, yo te amo. Es una mirada que lo viste todo de ternura.

Para quedar rehabilitados. Porque el amor dignifica. Cuando uno se siente amado, ya se ve como persona, y su vida se ilumina.

¿Quien sea objeto del amor de Dios, no se sentirá valioso e importante? Ya se puede tener confianza en sí mismo y en todo.

Para quedar transformados y ser hombres nuevos, tu mirada tiene una capacidad creadora y despierta en nosotros los mejores estímulos. Con tu mirada sentimos deseos de ser limpios, de seguirte, de abrirnos a los demás. Tu mirada enciende y trasciende nuestra vida.

Para que nuestros ojos se parezcan a los tuyos. Cuando tú nos miras, pones en nosotros ojos nuevos, ojos que empiezan a parecerse a los tuyos. «Te pareces a mí, porque yo te miro. Te pareces a mí, porque yo te amo».

¿Sabéis por qué los ojos de María son misericordiosos? Porque se fueron así transformando de tanto mirar y de tanto ser mirada por Jesús. Todo el que es amado, contagia amor. Todo el que es mirado con misericordia, mirará con misericordia. Somos en gran parte lo que recibimos. Por eso pedimos, Jesús, tu mirada, para parecernos a ti.

PRECES: Mirando con amor a Cristo crucificado, pedimos:
• Para que nos cures de nuestros males y pecados.
• Para que nos hagas sentir tu misericordia.
• Para que nos ayudes a ser misericordiosos.
• Para que aprendamos a conocerte y amarte.
• Para que aprendamos a mirar a todos con el amor con que tú nos miras.
• Para que después de mirarte todas las demás cosas nos parezcan oscuras.

Oremos: Míranos, Jesús, y sálvanos.

Segundo Día
"RECIBIR, ROMPER, FASCINARSE Y SEGUIR A DIOS"
  De él venimos y a él Volveremos, preparemos nuestro Corazón, rompiendo con lo que no agrada a Dios y fascinemonos con el Hijo de Dios, el Hijo de la Santísima Virgen María, con Nuestro Señor Jesucristo.
            
Niño Jesús en este pesebre que hoy usamos para revivir nuestros momentos de Fe y esperanza, permitenos iniciar con la Fuerza de Tu Amor y desde adentro de nuestro Corazón "Volver a Dios".


Primer Día
                             Vuelve a Dios

La invitación es volver a Dios
Mujer, vuelve a Dios
Crear la conciencia en cada una de las mujeres que me escuchan o que me escucharán en el futuro de que han sido salvadas y purificadas por la sangre de Cristo, que la dio toda entera para rescatarnos
Mujer, vuelve a Dios
Mujer, vuelve a Dios
Crear la conciencia en cada una de las mujeres que me escuchan o que me escucharán en el futuro de que han sido salvadas y purificadas por la sangre de Cristo, que la dio toda entera para rescatarnos, aunque le costó mucho sufrimiento y dolores indecibles. Su amor venció todo. Y por lo mismo la mujer sólo será completa si se deja empapar por la sangre de Cristo, redimir por Él. Si no acepta a Cristo en su vida, si no se apropia los méritos de la Pasión de Cristo, si no se alimenta de Cristo en su Palabra y en la Eucaristía, si no se lava con la sangre de Cristo en la confesión...esa mujer no está completa, por más libros que lea, por más congresos que haga, por más dinero que dé a obras de apostolado. Sólo en Cristo está nuestra “completez”, nuestra autorrealización, nuestra felicidad y nuestro destino eterno.

1. Cristo en la cruz

Jesús dijo a la beata Angela de Foligno: “No te he amado en broma”. La Pasión de Cristo es el argumento más convincente del amor de Jesucristo a cada uno de nosotros. Nos amó hasta la locura, muriendo por nosotros, a fin de que nosotros nos salváramos y llegásemos al cielo.

¡Cuántos sufrimientos físicos y morales tuvo que soportar Jesús por cada uno de nosotros!

La flagelación con látigos de cuero sobre su cuerpo desnudo. Tenían estos látigos al final huesecitos o bolitas de plomo que arrancaban la carne. Por la Sábana Santa se puede saber que fueron dos los que le azotaron, pues la dirección oblicua de los golpes no es igual en los dos lados. A veces de tan cruel que era la flagelación, que dejaba al descubierto las entrañas del condenado. Algunos morían en el lugar del suplicio, otros quedaban lisiados para toda la vida.

La corona de espinas fue también dolorosa. No fue en forma de anillo, sino en forma de casquete, cubriendo toda la cabeza, como si fuera un sombrero. Los surcos de sangre de la frente, en la Sábana Santa, coinciden con venas y arterias importantes y delicadas. Se han contado 33 heridas de perforación de las espinas en la cabeza.

El camino de la cruz no fue menos doloroso. Las rodillas del hombre de la Sábana Sana revelan cortes y magulladuras atribuidas a las caídas. Jesús cayó; de ahí se explica por qué llamaron a Simón de Cirene a ayudarle. Estaría Jesús tan destrozado que el oficial romana temía que Jesús no llegara al Gólgota. En el rostro de Cristo se descubre una hinchazón que casi alcanza a cerrarle el ojo derecho. Fue en una de las caídas, que no pudo detener con las manos, atadas al travesaño horizontal que llevaba sobre sus espaldas, y que le destrozaban las espaldas.

Nos falta la crucifixión. Era un suplicio común en la época de Cristo. La practicaban romanos y griegos, como el peor suplicio. Alejandro Magno hizo crucificar a 3.000 habitantes de Tiro, después de asediar esta ciudad Fenicia. Espartaco, en el año 73 a.C. mandó crucificar 6.000 rebeldes. Como judío, no debería haber sido crucificado Jesús, sino lapidado. Pero como la condena fue confirmada por el poder judicial romano, entonces fue crucificado, que era el castigo que infligían a los condenados. Le crucificaron con tres clavos. Le perforaron el costado, por el lado derecho hasta llegar al corazón, que está en el centro. Y le hirieron la aurícula derecha, que suele contener sangre líquida en los cadáveres recientes. Recordemos que la lanzada se la hicieron a Jesús, una vez muerto.

Por todo esto, Jesús le dijo a la beata Angela de Foligno: “No te he amado en broma”.

2. Barreras que me impiden acercarme a la cruz de Cristo

a) El menospreciarse a sí mismo


No me gusta cómo soy. No acepto mis limitaciones, mis defectos, mis carencias. Envidio a los demás.

Detrás de esta postura se esconde una buena dosis de soberbia y falta de humildad. Al mismo tiempo, se percibe que no se ha dejado entrar a Cristo en el alma, no nos ha convertido en hombres y mujeres nuevos. Vivimos todavía anclados en prejuicios, en castillos en el aire.

b) El negarnos a perdonar a otros

Este obstáculo es todavía peor. No perdonar las ofensas a los demás. Esa mujer, ese hombre que así hace, ¿cómo puede rezar el padrenuestro, sin sentir que es un hipócrita? No reces el padrenuestro, si no estás dispuesto a perdonar a los demás. Es más, si no perdonas, tampoco Dios te perdonará, pues Él ha condicionado su perdón al perdón que otorgamos a los que nos han ofendido. Si yo perdono, Dios me perdona. Si yo no perdono, Dios no me perdona.

El no perdonar implica tener un corazón duro, de piedra...que todavía no ha dejado entrar el mensaje de Cristo. El corazón que no perdona es un corazón anclado en el Antiguo Testamento, y por tanto, no disfruta todavía de la novedad traída por Cristo en el Nuevo Testamento. Y esta novedad es precisamente la caridad llena de misericordia y de perdón.

Es verdad que cuesta mucho perdonar. Es verdad que en algunas ocasiones el otro no se merecería humanamente mi perdón.

En esos momentos hay que mirar a Cristo en la cruz. De su boca salió: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. No sólo nos dio la doctrina del perdón Cristo, sino que también nos dio el ejemplo.

“¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano? ¿Hasta setenta veces”...Setenta veces siete”. Es decir, siempre, a todos, en todas partes. Y si al presentar mi ofrenda ante el altar de Dios, me acordare que mi hermano tiene alguna causa contra mí, yo dejaré allí mi ofrenda e iré primero a reconciliarme con mi hermano.

Y debemos perdonar no por la satisfacción de perdonar ni por la gratitud de los hombres a quienes perdonamos, sino por acercarnos a Jesucristo, a la alta cumbre de su Evangelio, donde se enarbola sobre sus enseñanzas, como una bandera de paz, su palabra, que es caridad y perdón.

El perdón es una de las facetas del amor; es cuando la caridad desciende desde su alta atalaya y se hace sencilla, suave y mansa.

“Yo perdono, Señor, fiel a tu palabra para que en el atardecer cansado de mi vida no me encuentre culpable de no haber amado. Ante la gran ofensa que te hicimos los hombres palidecen las débiles ofensas que me hacen. A los que me crucifican lentamente, a los que me persiguen y maltratan, desde lo alto de mi pequeña cruz, yo también los perdono, Señor, y como Pedro guardo mi espada refulgente, porque en tu Reino sólo penetran los mansos, los que no atizaron el fuego del deseo de odio y de venganza en las jornadas lentas y agobiantes.

c) La incapacidad de aceptar el perdón de Dios

A este pecado se la ha llamado el pecado contra el Espíritu Santo


3. Conclusiones

a) Destruir barreras
b) Aceptar la cruz
c) Subirme a la cruz

Encuesta
¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?
Lo dejaré nacer en el corazón preparándome con una buena confesión.
Viviré con fervor la Misa de Navidad para abrazar a Cristo hecho Carne en la Sagrada Eucaristía.
Recordaré con el ejemplo o los detalles que El Hijo de Dios se hizo hombre por amor al hombre.
Perdonaré y pediré perdón a aquella persona de la que me aleje por alguna razón.
Le hablaré a alguna persona, familiar o amigo del cual me he desinteresado.
Visitaré a algún familiar, amigo, conocido,vecino enfermo o que viva solo
Colaboración concreta y generosa en algún centro de acogida, asociación de bien.
La austeridad en el modo de vivir, cuidado de lo que uso y tengo
Viviré con especial alegría sabiendo que él es destructor del pecado y de la muerte
Promover todo lo que ayude a engendrar debidamente la vida, a cuidarla, a hacerla crecer
Todo mi ser está dispuesto a acompañarte en estas fiestas, no lo dejaré sólo.

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